lunes, 14 de diciembre de 2009

Ideas Innovadoras

Una de las principales preguntas que uno se hace al iniciar una empresa es ¿Cómo encontrar ideas innovadoras? ¿Tendré éxito en mi empresa con estas ideas?

Hoy en día parece cada vez más difícil lanzar un producto o servicio existente y competir en el mercado, entonces los gurús del marketing te dicen: “Tienes que diferenciarte” surgiendo otra pregunta ¿Cómo hago que mis productos o servicios sean más atractivos para los clientes? entonces nuevamente los sabios del marketing te contestan por ejemplo: “Ofreciendo la mejor calidad, siendo la más barata, la más rápida, la que ofrece mayores garantías, mejor trato al cliente o cualquier otro atributo que haga tu oferta más atractiva” y por supuesto nunca falta el consejo de buscar un nicho de mercado, un producto o servicio nuevo e innovador.

Entonces nadie nos dará la fórmula para tener éxito en una empresa pero si unos sabios consejos. Creo que en muchos casos, las ideas empresariales pueden surgir de la vida personal o profesional todos tenemos relación con un sinfín de actividades económicas, nuestros propios hábitos de consumo o nuestros hobbies y aficiones, que pueden generar ideas para iniciar una empresa.

Efectivamente, pensando en ideas innovadoras encontré algunos consejos que pueden ser de utilidad para alguien que tiene un espíritu emprendedor.

1. Dar forma de empresa a habilidades o gustos personales.
2. Adaptar una idea existente en el mercado, aquí o en otro país.
3. Encontrar una nueva forma de producir o distribuir algo ya existente.
4. Perfeccionar un eslabón de la cadena de valor de un producto o servicio.

Por otro lado, Gary Hamel en su libro Liderando la revolución, ofrece una serie de reglas para implantar el ritmo de la innovación en la cultura directiva de las compañías. Tales reglas configuran el conjunto oportuno de condiciones previas en las que el cambio puede nacer de modo natural y constante:
  1. Opere con expectativas no razonables, pues es muy difícil que una compañía mejore sus propias aspiraciones.
  2. Disponga de definiciones flexibles de su negocio.
  3. Apalanque su potencial como empresa en una misión, que va mucho más allá de los objetivos financieros, comerciales, tecnológicos o corporativos.
  4. No haga oídos sordos a quien le haga propuestas verdaderamente revolucionarias.
  5. Cree dentro de la compañía un mercado abierto para las nuevas ideas. Ése es el combustible del espíritu emprendedor.
  6. Facilite, paralelamente, un mercado de recursos financieros disponibles para las propuestas que se salgan de la ortodoxia corporativa. El riesgo precisa de capital arriesgado.
  7. Desarrolle talento que aprecie el riesgo y las ganas por afrontarlo, es decir, fomente en las personas de su empresa el afán por ir más allá.
  8. Simultáneamente, lleve a cabo experimentos de bajo riesgo. En definitiva, las empresas no necesitan a más gente que asuma riesgos; necesitan gente que sepa cómo reducir el riesgo de las grandes aspiraciones.
  9. Fomente la división y la diferenciación intracorporativa. No es necesario empezar a lo grande para llegar a ser grande.
  10. Recompense adecuadamente, es decir, desproporcionadamente, a los revolucionarios de dentro que acierten con la realización de sus ideas.
Estos consejos pueden ayudar, pero en realidad hay que ponerse a pensar y luego a partir de la idea seguir analizando todo el entorno interno y externo que rodeará a nuestra empresa. Todo esto puede parecer un camino largo, sacrificado y riesgoso pero al parecer es el camino que han seguido las empresas exitosas y muchos países que se han desarrollado y han salido adelante.

Fuente: “Liderando la revolución” de Gary Hamel (Harvard Business School Press-Grupo Editorial Norma. Bogotá, 2000. 437 págs.)

Elida Valle Falcón

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